sábado, febrero 10, 2007

Massú y González se agigantaron para seguir con vida en La Serena


El panorama de Chile en Copa Davis cambió como el tiempo este sábado en La Serena: amaneció nublado, pero poco a poco salió el sol. Sí, porque Fernando González (92º en dobles) y Nicolás Massú (140º) derrotaron con categoría de campeones olímpicos a Marat Safin (121º) e Igor Andreev (264º) en tres sets para seguir con vida en el match ante Rusia.

Con un 7-6 (3), 6-3 y 6-4, los nacionales derribaron la potencia de Safin y las ganas del crecido Andreev para dejar la cuenta 2-1 y tener la posibilidad de dar vuelta el marcador global este domingo en los dos últimos individuales.

El capitán ruso Shamil Tarpischev tiró toda la carne a la parrilla. Se la jugó al poner al verdugo de González el viernes en lugar de Igor Kunitsyn (90º), más acostumbrado al dobles, porque lo vio prendido.

Pero la táctica no le dio resultado, porque fue precisamente Andreev el punto más bajo del binomio eslavo. Con Safin atemorizando con su postura y juego de crack, había que cargarle la mano al rubio y así lo hicieron los chilenos.

El primer set fue clave, porque con las dos duplas muy firmes, se llegó a un tie break donde Andreev cedió dos veces y los medallistas de oro en Atenas 2004 se fueron 7-3 a tomar un respiro.

Había pasado más de una hora ya, pero Massú y González estaban enteros con hambre de victoria.

Lo que vino después fue notable. El viñamarino se volvió una fiera, modevizo, con esa garra que lo ha hecho conocido y que este sábado funcionó más que nunca. González, tal vez menos vistoso, se mantuvo sólido y sacó su potente servicio cuando fue necesrio.

Al otro lado, Andreev una vez más "arrugó" y en el cuarto juego del segundo capítulo entregó su saque con una doble falta. Eso fue suficiente para que Chile se llevara por 6-3 la manga.

Susto y celebración

Los rusos quemaron las naves en el tercer set, no tenían otra. Y en el cuarto game, González se salvó de un 15-40 para mantener su saque.

Más adelante, vino una escena que marcó el desenlace. En el sexto juego, Safin cayó al piso al ir a buscar una pelota. Y luego, en el séptimo cayó nuevamente, pero en forma metafórica, porque cedió su servicio por primera vez y dejó la mesa lista para el festejo.

González sacó como un torpedo y los jugadores, cuerpo técnico, espectadores y todo el país levantaron los brazos, porque Chile sigue en la pelea y no piensa dar su brazo a torcer.

No hay comentarios.: